Los gritos no escuchados.


Hoy en día es muy común el término “acoso sexual “para referirse a las mujeres y hombres que sufren algún tipo de persecución sexual por parte de otra persona y casi todos los días aparecen en periódicos, revistas, radio o televisión noticias sobre este tema y son frecuentes los debates de este.

Pero es curioso que no muchas personas mencionen el acoso sexual que sufren los niños, jóvenes y no en el sentido que se da a relaciones entre adultos, que por cierto también hay y de consecuencias mucho más graves, sino el bombardeo de incitaciones a la sexualidad que la infancia sufre a todas horas y desde todas partes, aún en los sitios y medios más inesperados, y ello está cambiando de manera radical el comportamiento sexual de los niños, jóvenes adolescentes y el modelo de familia, de la sociedad vigentes en los últimos años.

La conducta inmoral en los colegios por parte de profesores, administradores u otro empleado, ocasiona un problema de gran magnitud perjudicial para los alumnos cuyo único objetivo es aprender valores y conocimientos.

Muchas veces, las acciones sexuales inmorales, por parte de algún maestro, se realizan en privado y pueden ser, en muchos casos, negados por las propias víctimas, quienes sufren abuso verbal por parte del agresor, quien haciendo uso de, por así llamarlo, su poder puede amenazar a la víctima, presumiendo que tomara represalias en su contra.

En algunos casos no salen a la luz y no se denuncian porque no sabemos identificar los signos que delatan que a un niño le maltratan, o bien porque cuando es un caso evidente se prefiere evitar problemas o se teme que al hacerlas públicas el niño tenga problemas. O también porque el maltratador es una persona próxima o conocida por la víctima.

Un niño puede estar sufriendo malos tratos cuando se dan algunas de las circunstancias siguientes:

  • Cambios repentinos en su conducta habitual

  • Problemas físicos que no reciben atención de sus padres

  • Se muestra ansioso y expectante como si algo malo fuera a pasar

  • Absentismo escolar injustificado

  • La familia se interesa poco por el proceso escolar del hijo y no acude al colegio cuando se le llama

  • Los padres niegan que el niño tenga problemas y a la vez lo desprecian por su conducta

  • La familia exige al niño metas inalcanzables para su capacidad

  • Los padres le ridiculizan frecuentemente

  • Los niños no miran a la cara a la gente o hablan mal de casi todo el mundo


El objetivo de este texto, que aunque quizá no se cumpla, es el de informar a la gente ,crear una cultura acerca de este tema, y brindar información acerca de que no están solos y hay organizaciones que están completamente dispuestas a ayudar en caso sean víctimas de algunos de los casos antes mencionados.

Las direcciones de estas organizaciones son:



CEDDAPP
http://www.cedapp.org.pe

MIMDES
http://www.mimdes.gob.pe

PAZ Y ESPERANZA
http://www.pazyesperanza.org

ANAR
http://www.anar.org

REDVIVA
http://www.redviva.org

MOVIMIENTO JUNTOS POR LA NIÑEZ
http://www.redviva.org

UNICEF
http://www.unicef.org

CESIP
http://www.cesip.org.pe


"No porque el grito lloroso de un niño no sea escuchado, éste ha dejado de llorar."


Autor:

PINEDA RÍOS, LUIS GUSTAVO.


4 comentarios:

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  2. Es muy cierto el hecho de que cuando se habla de violencia o acoso sexual no se piensa mucho en los niños, pero últimamente han habido innumerables casos en los que se han visto involucrados adultos abusando de sus pequeños(as) sobrinos(as) e incluso hijos(as), es claramente una advertencia para que los padres puedan proteger más a sus hijos de los peligros que pueden estar más cerca de lo que creen, hasta en su propio hogar.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. La sociedad actual está llena de problemas, el acoso sexual es uno de ellos. Este es un problema muy común, pero de los pocos que salen a la luz. Muchas veces en los colegios, los alumnos son victimas de indirectas por parte de profesores y/o tutores, esto en su momento puede causar mucha gracia. Pero si se analiza, la persona se puede dar cuenta que de algún modo u otro está siendo atacado sexualmente de una manera indirecta.

    Atte. Carlos Bailón

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